Hace una semana pense.... "mmmm... esta muela en cualquier momento se rompe toda.... "
Hoy, quedé sola para almorzar en el trabajo... asi que decidí ir caminando por Puerto Madero hasta la heladeria y tomarme un rico heladito al sol, mirando el rio...
Hasta ahí todo bien, pero cuando salí, mis pies comenzaron a sentir el dolor punzante provocado por las sandalias heredadas de mi mamá que estrené hoy.
Caminé bajo el rayo del sol, tranquila, mientras atajaba la pollera que la brisa amablemente intentaba levantarme.
Llego a la heladería, después de haberme cruzado con obreros mirones, turistas simpáticos y oficinistas aprovechando su hora de sol diaria.
Pedi el helado y me senté en una mesita bajo el sol. El helado comenzó a derretirse mucho más rápido de lo que yo era capaz de comer... asi que me gasté un paquetito de papel tissue tratando de no quedar bañada de chocolate con avellanas.
Cuando muerdo la primer avellana..." uy!!! estos hijos de puta la dejaron con la cáscara!!!" pensé, mientras mordía algo extremadamente crocante... hasta que me di cuenta de que era mi muela... mi pobre muela...
Al mismo tiempo que me debatía entre rendirme y tirar el helado... comerlo de un bocado entero... o seguir intentando disfrutar... la gente a mi alrededor se encargó de dejarme en claro que yo estaba SOLA. Comenzaron a llevarse las sillas vacías alrededor de mi mesa... hasta que finalmente quede SOLA con el helado hecho sopa, media muela menos y los pies en llamas.
Volví a la oficina pensando en el alivio de dejar de caminar y el aire acondicionado. Planeando cuándo y a qué dentista ir y cómo hacer para que la pollera no se vuele y me deje en bombacha en medio de Córdoba y Madero.
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